viernes, 2 de enero de 2009

Respetar la dieta siempre y en todo momento

Escuela: Cuando un niño comienza a asistir a la escuela hay que informar a las autoridades y a los maestros acerca de la dieta que debe cumplir. La buena información permitirá que los docentes tomen conciencia de la importancia de la dieta en el cuidado de su salud. Se puede enviar preparaciones para que el pequeño comparta con sus compañeros; ésto hará que se sienta bien, pues podrá demostrar que su comida es tan rica como la de los demás. Siempre y cuando no se la coman toda, porque sino se queda sin comida él.

Vianda:
Con comidas preparadas en casa es una buena alternativa para no perderse los picnics de primavera o los encuentros con amigos.


Campamentos: Son muy divertidos y ningún niño se los debe perder. Para ello debe tomar la precaución de llevar galletitas o pan sin gluten y todo lo que necesite para alimentarse durante esos días.


Comedor escolar: Es una buena opción para las madres que trabajan, pero siempre hay que preguntar el menú de la semana para poder adaptarlo a las necesidades del niño. También se debe informar sobre las buenas prácticas para impedir la contaminación cruzada en los alimentos.


Cumpleaños infantiles: Se pueden preparar tortas riquísimas para que el niño lleve. Otra opción es que tome una merienda antes de salir de casa y, durante la fiesta, sólo beba gaseosas y aproveche el tiempo para jugar. Ser organizados y precavidos es muy importante, especialmente con los chicos. Para que no se sientan excluídos, se les puede elaborar el mismo menú que al resto de sus amigos.

Fiestas: Cuando el evento es organizado por personas de confianza, es fundamental hablar con ellos con anterioridad para saber qué van a servir.- Es importante tomar con naturalidad y responsabilidad la identidad de ser celíaco: poder manifestar libremente las necesidades y, de esa forma, darle a los seres queridos la posibilidad de brindar una mano. No es conveniente mantenerse aislado y, mucho menos, tratar de ocultar la enfermedad o fingir que nada pasa, pues se corre el riesgo de, por múltiples motivos, caer en transgresiones o frustaciones del siguiente tipo: "tengo hambre y no quiero molestar, entonces no como nada y me voy temprano" o "voy a comer un poco, total...¡qué me va a hacer!". En lugar de este tipo de actitudes se puede adoptar una más positiva del tipo: "mis amigos iban a hacer pizza con cerveza y ensalada de frutas de postre. Con tiempo, yo les acerqué la prepizza que tenía preparada con mis harinas y ellos se encargaron del resto: compraron tomate y queso de marcas permitidas y cocinaron mi pizza separada en una bandeja exclusiva. Me compraron un vino blanco dulce y, de postre, pude comer la misma ensalada de frutas natural. ¡Me divertí mucho! Esa noche mi preocupación no fue la comida!"

Viajes en avión: En el momento de sacar el pasaje se puede consultar en la línea aérea sobre la posibilidad de contar con comidas sin gluten durante el viaje. De hecho, hay algunas empresas que ya tienen este servicio.

Trabajo, excursiones y paseos: En estos casos, lo mejor es llevar una vianda propia y luego comprar sólo aquellos alimentos que son seguros (gaseosas de buena marca, frutas, yogures y helados permitidos etc) En el trabajo se puede hablar claramente con el encargado del bar o de la cocina para que siempre tengan disponibles alimentos seguros. No salir de casa sin la lista de los alimentos analizados, ésta será sumamente útil cuando se pase por un kiosco o alguien ofrezca una golosina.

Comunión Católica: Las personas celíacas pueden comulgar sólo con la Sangre de Cristo (el vino). Conviene que el sacerdote lo sepa con anterioridad, para que pueda organizarse.

En casa: Tratar de presentar los alimentos de una forma atractiva y no realizar siempre las mismas recetas. Recuerde que la comida primero entra por los ojos.-



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